Okaren Cabrera, graduada de Administración y Negocios Internacionales en 2024, acaba de sumar un nuevo logro a su trayectoria: una beca que la llevó a Argentina para participar en el South American Business Forum (SABF), un encuentro que reunió a 100 jóvenes líderes de todo el mundo. Su historia está marcada por esfuerzo, visión y un firme propósito: que más jóvenes tengan acceso a las oportunidades que cambiaron su vida.

El inicio de su historia

Había terminado el colegio en Chiclayo y trabajaba para ayudar a sus padres a costear la academia preuniversitaria. Hasta ese momento, postular a Beca 18 no estaba en sus planes porque no tenía mucha información sobre el programa. “Se decía que debías devolver el dinero que el Estado invertía en ti en algún momento”, recuerda.

Sin embargo, cuando se abrió la convocatoria, decidió arriesgarse. “Fui a dar el examen sin conocer el proceso, pero esa decisión me cambió la vida”, asegura. Así, con apenas 18 años, se mudó a Lima para iniciar sus estudios en Administración y Negocios Internacionales en la UPC.

“La infraestructura, su enfoque tecnológico y su cercanía con los estudiantes terminaron por convencerme. Me gustó mucho que tuvieran un campus moderno, cubículos para estudiar y que todo fuera tan avanzado. Sentí que era mi lugar”, cuenta.

Adaptarse no fue sencillo. De una semana a otra, pasó a vivir sola en una habitación, lejos de su familia y en una ciudad que no conocía. “A veces pensaba: ¿y si regreso a casa?” Pero sus objetivos profesionales la impulsaron hacia adelante. Incluso estuvo a punto de desaprobar una materia, Cálculo. “Me preocupé, estudié mucho y aproveché al máximo las tutorías que UPC me ofrecía, y en el examen final saqué 19.5”. 

Rumbo a México: una ventana al mundo

A pesar de las dificultades, explica Okaren, encontró en la universidad un entorno que la motivó a superarse. “Beca 18 cambió mi vida al darme la oportunidad de estudiar, pero UPC me enseñó a exigirme y mirar más allá de mis propios límites”. 

Cuenta que sus profesores la motivaban a aprovechar los convenios de la universidad para hacer intercambios estudiantiles y adquirir una visión global. Siguiendo ese consejo, en 2022, Okaren vivió su primera experiencia internacional gracias a la Beca Alianza del Pacífico, que le permitió cursar un semestre en México. 

Durante esos meses, dice, UPC siempre estuvo pendiente de ella, incluso durante el terremoto que azotó el país del norte. Si no hubiera estudiado aquí, tal vez no hubiera tenido estas otras oportunidades. Fue la mejor elección”.

Beca 18 cambió mi vida al darme la oportunidad de estudiar, pero UPC me enseñó a exigirme y mirar más allá de mis propios límites.

Argentina: inspiración y acción

En agosto de este año, Okaren viajó a Buenos Aires como becaria del South American Business Forum (SABF), un encuentro que reúne a cien jóvenes líderes de distintos países del mundo. “Había chicos de Ecuador, Colombia, Austria, Mozambique… y cada uno estaba impactando en sus comunidades. Fue una experiencia transformadora”, cuenta.

Más allá de las charlas y talleres, el foro le dejó una enseñanza vital: pasar de las ideas a la acción. “Aprendí que si tenemos un propósito, tenemos que actuar y hacerlo realidad”.

Fue en ese encuentro donde conoció a otros dos jóvenes peruanos con quienes decidió fundar Urwey, una organización que busca guiar a estudiantes de primera generación a acceder y aprovechar oportunidades educativas y profesionales. “En Urwey brindamos herramientas, redes y acompañamiento para que construyan un futuro próspero para ellos y sus comunidades”, explica.

Inspirar a otros

Antes de Urwey, Okaren ya había encontrado otra forma de acompañar a los jóvenes. A través de Instagram y TikTok, empezó a compartir contenido informativo sobre becas, procesos de postulación y oportunidades de estudio. “Al inicio subí un video y se hizo viral. La gente me pedía más información y sentí la responsabilidad de seguir compartiendo”, recuerda.

Con el tiempo, su comunidad fue creciendo y empezó a recibir mensajes de agradecimiento de personas que, gracias a su orientación, habían accedido a una subvención. “Hay días pesados en los que me siento cansada, pero leo estos mensajes y pienso: vale la pena. Cambiar la vida de un joven también cambia la vida de su familia y de su comunidad”.

Hoy combina ese trabajo en redes con su rol en Urwey, convencida de que las oportunidades deben llegar a más jóvenes. “Toca 100 puertas. Basta que una se abra para que tu vida cambie por completo”.